Que indecisión yace en ti
No decides que hacer
Aprende a escoger
Aprende a amar
No limpies tu culpa
Con un simple
“Me confundí”
Un conjuro una tentación
Un pretexto un susurro
Enceguecida por la pasión
De una noche de placer.
El vaivén proverbial
De un susurro 
Dejan olor a sexo deslunado
En la muerte el silencio 
Y en el olvido el pecado.
Si fingías tu faena 
En tu rostro se delata
Tu profecía que denota
El bálsamo prohibido
De la aventura que viviste 
Refugiándote en el silencio de tu ser.
 

 
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