Vagaba por el parque
Bajo las gotas de la lluvia
En una tarde gris
Donde los nubarrones se hacían
Intensos ante la mirada atónita
De la ilusión de muchos
Y la decepción de otros.
Me senté en una banca
Y frente a mi presencie
Diversas historias
De nuestro diario vivir.
Una chica enamorada
Melancólica y triste
Derramaba cada lágrima
De nostalgia y sentimiento
Por que su gran amor
Había emigrado
En busca de un mejor futuro.
Mientras ella en silencio
Callaba que en su vientre
Llevaba el fruto
De aquel amor eterno.
Al costado de una imponente Ceiba
Una pareja teñía con dulzura
Magia y sentimiento
El amor eterno que se profesan.
Sellándolo con una caricia
Y un beso apasionado
Como poesía
Que plasma el bálsamo celestial
Con aroma a gardenias
Al mismo tiempo
Un inocente niño
Con mirada perdida
Pasaba de banca en banca
Pidiendo una moneda.
Con arapos y sin zapatos
Su única pena
Era juntar algo de plata
Para amedrentar el hambre
Que denotaba aquella
Angustia por no haber
Probado bocado.
A metro y medio
De la banca
Donde yo presenciaba
Cada historia
Yacía un hombre que lloraba
Sin consuelo, al mismo tiempo
Blasfemaba contra el mundo
Y en cada alarido evocaba
Con nostalgia el nombre de su hijo
Que hace poco había perdido
En manos de la violencia
Impune que reina en el país.
Historias muchas de ellas
Repetidas como en las películas
Pero realmente son de la vida real.
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