Novecientos cincuenta y dos minutos fueron eternos
Para un goleador de cepa como vos.
El trescientos parecía una maldición
No quería romperse ni aun así
Que todo el mundo lo pedía.
Hasta tus rivales querían que anotaras
Pero el destino te haría sufrir
Innumerables llegadas al arco
Y muchas fallas de tu parte.
Grandes atajadas de los arqueros
Sacadas de la línea de los defensas
Pelotas que rasuraban los palos
Otras que se estrellaban en el travesaño
Hasta que llego el momento sagrado
Ese grito que agudiza las gargantas
Y enloquece al corazón
En un domingo de resurrección
Que vio como aquel Titán resurgió.
Todos lo gritamos, muchos lo lloramos
Lo único que puedo decir es que
Un veinticuatro de abril fue la
Resurrección de Palermo
Muy bueno felicitaciones
ResponderEliminarBelleeeeeza! Qué lindo te quedó hermano.
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